Sumamos una nueva entrada de gastronomía a este blog, en el que ya hemos tratado la pizza bereber, Ras el Hanout o la Chebakia, entre otros temas. Y le llega el turno al que se puede considerar el plato más presente en los restaurantes del país: el tajín marroquí. En estas líneas te explicamos qué es, qué lleva y otras claves para que lo disfrutes durante tu viaje.
El tajín marroquí (también llamado tajine o tayín) es un plato que toma su nombre, precisamente, del plato. O mejor dicho: del recipiente en el que se cocina y se sirve, que es una cazuelita de barro con una tapa cónica en forma de chimenea.
Por tanto, hablar de tajín marroquí es un auténtico comodín. ¡Hay infinidad de recetas que se pueden cocinar dentro de este original artilugio! Lo que tienen en común todas las recetas es que, como ocurre en tantas otras elaboraciones de la cocina marroquí, se deben cocinar a fuego lento, primero como sofrito en la cazuelita y, tras añadir el agua aliñada, como un estofado de lenta cocción.
¿Y para qué sirve la tapa cónica? Pues para dos objetivos al mismo tiempo: por un lado, mantener el calor de los alimentos y, por otro, para evitar que se resequen. En este último caso, se consigue porque no solo impide que pierdan humedad, sino que además ésta se condensa en las paredes internas de la tapa y, posteriormente, se precipita de vuelta a la cazuela.
Tajine de pollo gastronomía marroquí
Como decíamos, hay infinidad de tajines marroquíes. Y no hablamos solo de tajines según la ciudad o la región, sino según cada hogar y cada restaurante. ¡Cada uno puede darle su toque especial o incluso crear una receta desde cero!
Eso sí, los que probablemente encuentras más a menudo durante tu viaje por Marruecos son los siguientes, como indicamos en nuestra página de Gastronomía:
Como ves, el tajín marroquí es todo un mundo. Por ello, lo mejor que puedes hacer es… probar varios durante tu viaje, para que puedas comparar y valorar. ¡Te ayudaremos a elegir restaurante, si lo deseas!