El Oasis de Fint
Si la ciudad marroquí de Ouarzazate es considerada como la ‘Puerta del Desierto’, entonces el Oasis de Fint, ubicado tan solo a 10 km al sur, bien podría ser el jardín del desierto del Sahara. Es casi imposible imaginar que una salida de Ouarzazate, con un terreno tan árido y desolado como el de las montañas del Anti-Atlas, puede darnos paso sin previo aviso a un lugar tan verde y exuberante de vegetación, lleno de vida. Si gustan la naturaleza y los paisajes, esta es una visita totalmente recomendada, y más aún teniendo en cuenta lo cerca que se encuentra de Ouarzazate. No hay excusa para no hacer una escapada y visitar este bello y recóndito rincón, pues en realidad el nombre de Oasis de Fint quiere decir “escondido” en bereber.
Cuando llegamos al Oasis de Fint podemos dejar el coche en una especie de parking improvisado o continuar por una pista que nos lleva al pueblo que comparte el mismo nombre que el oasis, y que se encuentra alrededor de él. Personalmente, os recomendamos dejar el coche en el parking y hacer el recorrido bordeando el oasis a pie. La vuelta completa puede llevaros unos 30-45 minutos. Justo después de que os bajéis del coche, es muy probable que algunos lugareños os estén esperando para haceros de guías. Es vuestra decisión hacer el camino solos o guiados, también os ofrecerán que veais el pueblo, sus casas y su forma de vida. Este pueblo vive básicamente de la agricultura y del turismo.
Los lugareños del Oasis de Fint son de tez oscura, originarios de Mali, antiguamente nómadas que acompañaban a las caravanas de comerciantes del desierto del Sahara y también algunos esclavos que huían y encontraban refugio aquí. En la actualidad hay una población de unos 1.000 habitantes, repartidos en cuatro pequeños pueblos llamados Wangarf, Taherbilte,Timoula y Belghizi, que viven del cultivo que realizan a las orillas.
El Oasis de Fint tiene dos zonas claramente diferenciadas. Una de ellas es una vieja medina hecha de adobe en la que apenas viven en la actualidad unas 3 familias. Se pueden visitar las ruinas de este antiguo pueblo que se estableció en este lado del río para evitar las inundaciones. La otra parte es el pueblo moderno, donde los habitantes son principalmente campesinos y viven de la agricultura.
Para hacer la visita os aconsejamos recorrer todo el Oasis de Fint, bordeándolo, mientras disfrutáis de los bellos paisajes del entorno y descubrís la curiosa manera que tienen sus gentes de cultivar la tierra y realizar las tareas diarias. Sus mujeres aún se reúnen para lavar la ropa junto a la orilla del oasis. Luego debéis cruzar al otro lado del río para poder visitar la antigua medina con sus humildes casas de adobe. Desde lo alto hay unas vistas preciosas de todo el conjunto del Oasis de Fint y del pueblo.
Una vez hayáis disfrutado del paisaje a las puertas del desierto del Sahara, podéis bajar y cruzar el río camino de la parte nueva, donde habita prácticamente la totalidad de la población. Es muy curioso pasear por sus calles y ver su forma de vida, pues parece que el tiempo se detuvo hace muchísimos años y todo parece inalterado. La gente aquí, es muy amable y seguro que están dispuestos a hablaros de sus historias y tradiciones, así como a enseñaros cómo viven el día a día, el interior de sus propias casas y otros lugares interesantes del pueblo, como el artesanal horno de pan.
Con la ayuda de UNICEF se han instalado unas placas solares que alimentan unas bombas de agua que son las que permiten abastecer de agua potable al pueblo.
Alojamiento en el Oasis de Fint
Si queréis profundizar un poco más en estos pueblos, podéis alojaros en el Auberge La Roche Noire y disfrutar de la paz y tranquilidad que ofrece este lugar, además de la hospitalidad de su gente. y como el Oasis de Fint está situado a tan solo 10 km de Ouarzazate, también podéis alojaros perfectamente en esta ciudad.