Mulay Ismail es uno de los personajes más importantes de la historia de Marruecos y seguramente salga a colación durante tu circuito turístico, pues está relacionado con numerosas ciudades y monumentos. Por ello lo destacamos en este post con otros hombres que también contribuyeron a engrandecer el país en su pasado. Pero además hemos querido dedicarle este otro artículo donde indagamos en su biografía, lo cual nos revela datos realmente sorprendentes.
Mulay Ismail fue un sultán de la dinastía alauita (la que actualmente reina en Marruecos), que gobernó en las últimas décadas del siglo XVII y primeras del siglo XVIII. En total, estuvo en el trono más de medio siglo, lo cual lo convierte en uno de los monarcas más longevos de su periodo y de toda la historia de Marruecos en general.
Esa longevidad en el trono fue, quizás, un elemento que le permitió mantener buenas relaciones con uno de sus homólogos contemporáneos: Luis XIV, el ‘rey Sol’ de Francia, quien reinó durante la friolera de 76 años (aunque su primera etapa fue como menor de edad, con regencia de su madre Ana de Austria). Lo que más les unió fue, sobre todo, sus enemigos comunes (ver siguiente sección). Y eso le permitió a Mulay Ismail tomarse la ‘licencia’ de solicitar a Luis XIV a una de sus hijas, Mariana de Borbón, como esposa.
El reinado de Mulay Ismail se caracterizó por unas relaciones hostiles con sus vecinos. Por ejemplo, con España, cuya monarquía vivió un momento de inflexión por el cambio de dinastía (de Habsburgo a Borbón, Guerra de Sucesión mediante), lo que trató de aprovechar para hostigar continuamente las posiciones españolas. En especial, es famoso su prolongado y pertinaz sitio de Ceuta. Sus relaciones tampoco fueron amistosas con los ingleses, a quienes arrebató Tánger, ni con los otomanos, cuyas posesiones llegaban hasta la actual Argelia.
Historia de Mulay Ismail
De Mulay Ismail se han contado miles de leyendas y curiosidades, y eso ha contribuido a su fama más allá de su tiempo. La mayoría son difíciles de demostrar, pero su mera formulación ya da cuenta de su carácter: hombre de ira fácil, podría haber matado a cerca de 30.000 personas a lo largo de su vida, según algunas fuentes, a menudo simplemente por descontento con los servicios de sus sirvientes. Y su proclamación en Fez debió de ser toda una declaración de intenciones, pues se cree que mandó decapitar a unos 700 prisioneros para exponer sus cabezas sobre las murallas.
También se ha hablado mucho de sus mujeres: aunque Luis XIV no le concedió la mano de su hija, tuvo otras muchas: se cree que su harén estaba formado por unas 500 mujeres, con las que podría haber engendrado más de 1.000 hijos.
Pero sin duda, el mejor legado de Mulay Ismail fue otro: emprendió un programa constructivo muy ambicioso. El mejor ejemplo de ello fue Meknes, la ciudad que edificó a su gusto para convertirla en su capital, donde todavía hoy se conserva su mausoleo.