¿Has oído hablar alguna vez de rocas pintadas en el Anti Atlas? Se trata de uno de los grandes atractivos en esta cadena montañosa, considerado uno de los paraísos de los senderistas en Marruecos y también un lugar de referencia para los amantes del land art. En este post te contamos qué son estos singulares bloques rocosos, a qué se deben y dónde están, por si quieres ir a contemplarlas durante tu viaje por el sur del país.
Significado de las rocas pintadas del Anti Atlas
Los valles del Anti Atlas son entornos áridos con algunos oasis dispersos y, sobre todo, numerosas formaciones rocosas, agrupadas o no, en buena medida a base de granito. Su presencia sobre el terreno es, de por sí, una estampa de lo más bello, pues en algunos casos adquieren formas que hacen volar la imaginación y desafían a la naturaleza.
Pero el artista belga Jean Verame quiso ir más allá a finales del siglo XX y consideró estas rocas como un soporte perfecto para desarrollar su idea de land art, esa corriente artística en la que la naturaleza no sólo es el entorno de la obra sino la obra en sí misma, donde el hombre interviene sólo para hacerlo posible.
En este caso, la iniciativa fue pintar los bloques de roca en un mismo color, de tal manera que al contemplarlos se genere un espectacular contraste con el entorno, donde dominan los tonos ocres de las montañas y la aridez. El color más empleado para pintar estas rocas es el azul, capaz de maximizar dicho contraste por ser extremadamente extraño en geología, pues pocas rocas tienen este color. El rojo es también otro de los colores usados por Verame para pintar las rocas, así como algunas en tonos púrpuras e incluso en negro.
No se trata de la única obra de estas características de Jean Verame, pues también ha intervenido en otros desiertos del norte de África, como por ejemplo en Egipto. Pero sin duda, esta obra de 1984 es una de las más famosas e icónicas de su producción.
Dónde están estas rocas pintadas
Las rocas pintadas del Anti Atlas se reparten, principalmente, por los alrededores del valle de Tafraoute. Más concretamente, unos 3 kilómetros al sur de Aguerd Oudad, que es un pequeño pueblo a poca distancia de Tafraoute, principal población de la zona.
Para llegar hasta ellas, hay diferentes indicaciones instaladas en la localidad, pues se trata sin duda de una de las rutas más demandadas por parte de los senderistas y amantes del ecoturismo que desean conocer los rincones especiales de esta cadena montañosa.
Dichas indicaciones están, en buena medida, en francés, con el nombre de Les Pierres Bleues, por ser este el color más habitual empleado por el artista belga. Para llegar hasta ellas, se puede caminar, lo que supone una ruta de varias horas a pie, pero también se puede ir en bicicleta, pues los caminos son aptos para la BTT.
Cabe decir que los habitantes de Tafraoute y Aguerd Oudad han aceptado esta iniciativa, que consideran una atracción turística, por encima de debates éticos sobre la intervención en la naturaleza. Y de hecho se cuenta que los propios aldeanos repasan una vez al año la pintura de las rocas que, como es lógico, se va borrando con el tiempo si no hay ningún tipo de mantenimiento.
De esta manera, las manchas azules y de otros colores se han convertido en una seña de identidad de este rincón del Anti Atlas, que no sólo es visible a ojos de senderistas y ciclistas, sino también desde los satélites espaciales, como demuestran las imágenes de Google Earth, accesibles a cualquier persona desde su ordenador o teléfono móvil.